Aunque las metodologías ágiles surgen en el contexto de proyectos desarrollo del software, sus principios se han ido adaptando a ámbitos diferentes, reconociéndose cómo útiles no solo para empresas de base tecnológica. Muchos de los modelos de negocios más punteros en la actualidad se han gestado utilizando estas metodologías Netflix, Spotify, Amazon, etc. También se utilizan en ámbitos de instituciones públicas y privadas, como administraciones, centros educativos, etc.
¿Por qué tienen tanta aceptación? Porque son útiles en contextos de incertidumbre cómo en los que nos encontramos. De hecho aparecen como una alternativa a las metodologías tradicionales, donde se trabajaba desde la predicción de los fenómenos: en función de mi experiencia pasada, diseño para el futuro, trazo un plan para ir desde el punto de inicio al final, y me afano en cumplirlo.
Hoy en día nos encontramos ante un mundo globalizado, donde los cambios son muchos y se gestan a una gran velocidad. Hablamos así de conceptos como “entorno Vuca” señalando la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que rodea a las organizaciones, o de «sociedades líquidas» donde ante un contexto en constante cambio, se necesitan generar estructuras y respuestas muy flexibles.
En este marco cobran mucho más sentido las metodologías ágiles, que, si bien no son nuevas, venimos hablando y trabajando con ellas desde el 2001 (aunque su origen es aún anterior), comienzan a hacerse oír y a reconocerse como claves cada vez con más fuerza.
Con ellas no partimos del aprendizaje pasado para construir el futuro, aunque lo tenemos en cuenta. La experiencia pasada a veces ya nos nos sirve para enfrentar lo nuevo, porque los retos ante los que nos enfrentamos, no son retos domesticados (conocidos y abordados) sino nuevos e imprevisibles.
Desde lo ágil:
- Creamos sistemas que nos permitan trabajar desde la creatividad y adaptabilidad, para dar respuesta a las necesidades de este nuevo «ahora».
- Trabajamos con equipos colaborativos e interdisciplinares, que permitan tener miradas dispares y enriquecedoras.
- Trabajamos no ideando soluciones en nuestra cabeza y planificando, sino dando pequeños pasos que nos permitan desde la experiencia, generar un «aprendizaje validado» que guíe nuestras soluciones.
El agilismo es un Mindset, una nueva forma de ver y hacer las cosas, que nos propone aprender a aceptar la incertidumbre en nuestras vidas y manejarse con ella.
Seguiremos hablando de agilidad en los siguientes posts, si quieres no perderte ninguno de ellos puedes suscribirte a mi blog.